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miércoles, 25 de septiembre de 2013

RECICLAJE CREATIVO: Con TELAS se puede hacer todo y mucho más!

¡Vaya tela con las TELAS! Jamás pensé qué se podría sacar tanto partido a los retales y prendas de ropa viejas ¿No me crees? Echa un vistazo y después me cuentas ;)



Alfombra hecha con tiras de diferentes telas anudadas a una malla rectangular de plástico.

¡Me encanta esta cómoda!


"¡A Dios pongo por testigo que recogeré un sofá de un contenedor de basura y lo tapizaré igual que este!"

Salvamantel hecho con tiras de camisetas de algodón.
Aquí les dejo el link de un tutorial de youtube que te enseña cómo hacerlo



¡Estas macetas quedan preciosas! Pero cuidado a la hora de regar las plantas para no manchar la tela.  

Sin duda, me la pido :)

Otro que también pienso hacer ;)

Esta idea es buenísima. Yo ya me he estrenado haciendo este tipo de collares y quedan muy bonitos. Las trenzas de tela también pueden utilizarse para decorar camisetas, bolsos, cojines... ¡Échale imaginación y crea!

Jajajajajajajaja... Buenísimo!!!



Estas ideas tan originales, creativas y ecológicas de aprovechar los trapos viejos me vuelven loca. 
¿Qué piensas tú?
:)

martes, 24 de septiembre de 2013

REFLEXIONES

Rondaba por entonces el mes de marzo. Cobijada en el salón de su apartamento de soltera, se acurrucaba ella en el sillón, envuelta en una gruesa manta. En frente la ventana.
Observaba inmóvil el aguacero que se derramaba en el exterior. Podía sentir el frío y el viento que se batían en una furia inmensa ahí fuera. Ella más se replegaba en el sillón, con las piernas y los brazos doblados contra su pecho y las manos aferradas a la gruesa manta.
Miró a su izquierda y encontró su té humeante sobre la mesita. No se atrevía a sacar las manos de su guarida, así que rechazó la idea de dar un sorbo.
Se hizo el silencio. Su CD de Norah Jones había dado la última nota. Fue entonces cuando se dio cuenta de que había estado sonando durante horas...lo había olvidado. Había estado oyéndolo sin escucharlo. Se sorprendió ante el gran silencio que inundaba ahora la pequeña vivienda, en contraposición con el potente concierto de agua que sonaba fuera.
Se puso a pensar. Parecía que la vida en su apartamento se había parado. Podía observar como la ciudad caminaba con su ritmo habitual a través de la ventana, pero ella se sentía muy ajena a todo aquello. Podría permanecer así por tiempo indefinido, sin que ello tuviera ninguna consecuencia. Allá abajo si te paras te comen, te pisan, pierdes el tren, llegas tarde sea cual sea tu destino. Ella no movía ni una pestaña.
Pensó en lo extraño de la situación.
Era cómo si no perteneciera a este mundo. Como si estuviera observando desde lo alto a los transeúntes, esos que nunca te detienes a mirar cuando caminas junto ellos, cuando te sientas a menos de un metro en una cafetería, cuando subimos juntos en el ascensor.
Les observaba y se identificó en cada uno de esas personitas que desde su ventana parecían hormigas vestidas y calzadas. Correteando sin parar, con mucho que hacer, con prisa, sin pausa.
Reflexionó sobre todo aquello. Pensó que en el día a día solo somos conscientes de lo que está presente en nuestro entorno en cada instante. De todo lo demás no nos damos ni cuenta. Si no nos paramos a reflexionar ¿Cuántas cosas se nos escapan día a día?
Cosas que están sucediendo mientras hacemos la compra, vamos en el coche hacia el trabajo, estamos bailando en una discoteca, charlando con los amigos en un café...
Cosas que en realidad nos importan, pero andamos distraídos o quizá demasiado concentrados. Hay tantos asuntos de los que ocuparse cada día que nos olvidamos de que existen otras muchas cosas más.
Se sintió triste y egoísta. Después sintió impotencia. Era importante todo aquello, pero no podía abarcarlo todo. Su vida ya era compleja, y desearía que los días tuvieran más de 24h para llegar a todas sus metas diarias.
Huyendo del agobio que le proporcionaban dichas conclusiones, se levantó. Puso otro CD y se sentó.
Miró a la izquierda, encontró de nuevo su taza de té. La cogió, dio un sorbo, estaba frío.
Trató de relajarse, de sumergirse otra vez en esa piel de quietud y paz de hacía unos minutos. Cerró los ojos y respiró despacio.

Su mente empezó a organizar las actividades del día siguiente. Y ya no pudo abstraerse más.  

viernes, 20 de septiembre de 2013

RECICLAJE CREATIVO: EL MUNDO DEL PALET

¿Necesitas una mesa, estanterías, cajones...? No tienes que ir a Ikea. Lo que necesitas son palets :)

Es alucinante la de cosas que podemos construir con unos palets, nuestras manos y un puñado de herramientas. Es una manera creativa, sostenible, barata y muy original de decorar nuestra casa. Una fantástica manera de demostrar que el diseño y la sostenibilidad pueden ir de la mano.
El resultado es realmente bonito.



Aquí les dejo un tutorial sobre cómo hacer una mesa de centro con palets:



Voilà un link que te explica cómo hacer un sillón con dos palets y una puerta:
http://www.youtube.com/watch?v=vgdf_YpNt3A







¡Ya sabes, pon en tu vida un palet y explota tu cretividad! Recicla, recicla, recicla... ;)




martes, 17 de septiembre de 2013

PIGMEOS BAKA DEL SUR DE CAMERÚN


Baka es el nombre de un pueblo perteneciente a la etnia de los pigmeos y, actualmente,  la última sociedad primitiva de la selva camerunesa.  Los individuos Baka se caracterizan por su particular talla baja y por ser tradicionalmente nómadas, expertos cazadores y recolectores de frutos. Sin embargo, su forma tradicional de vida se ha visto gravemente atacada por factores externos. 

En los últimos 10 años han sido destruidos más de 10.000 km2 de la selva tropical de Camerún, debido al gran impulso que la industria maderera ha experimentado en esta región.  
A raíz de este hecho, los Baka se han visto forzados a desplazarse a tierras próximas que tradicionalmente pertenecen a sus vecinos, los Bantúes, e iniciar allí un proceso de sedentarización no exento de serias dificultades.  Arrancados del territorio que fue suyo por siglos, los Baka viven actualmente en poblados-campamentos de entre 20-100 personas, la mayoría niños, situados a lo largo de las pistas o carreteras, siempre cerca de un poblado Bantú. Según el censo de 2009, hay un total 2.257 Bakas repartidos en 37 poblados, que se sitúan alineados en la carretera que une el subdepartamento de Sangmelimá (Provincia del Sur, Camerún) con el país vecino, Congo. 
                     


La destrucción del  hábitat que hasta ahora les proporcionaba el sustento, la falta de reconocimiento de tierras propias en las que poder practicar la agricultura, los problemas para integrarse en la sociedad bantú  y las dificultades objetivas para asumir los nuevos modelos socio-culturales; hacen que la situación actual de los Baka sea, a todos los niveles, de extrema urgencia, siendo sus tasas de morbilidad, mortalidad, subdesarrollo y pobreza muy elevadas.
            

miércoles, 4 de septiembre de 2013

El huerto de Jossía y Marta ya no da tomates


El acaparamiento de tierras condena al hambre a miles de campesinos en Mozambique

Los nuevos colonos. La compañía china Wanbao ha alquilado al Gobierno de Maputo la tierra que cultivaban Marta y Jossía 


Si Papá Noel fuera hombre de climas benévolos, probablemente viviría en Mozambique y tendría el rostro bonachón de Jossía. Una cara de buena persona como la suya sólo debería dedicarse de manera profesional, y bajo pacto de secreto, a repartir regalos a los niños del mundo. Y si así fuera, Mamá Noel –aquí Marta– tendría que recordarle cuántos años llevan casados. –45 (él). –Nooo (ella). –... 50 (él otra vez). Bufido de Marta. –¿51? (él). –¡Meu Deus! Desde 1961 (ella, dándolo por perdido y asomando una sonrisa debajo de la nariz).


Jossía y Marta llevan 52 años casados, los mismos que llevaban cultivando tomates, calabazas y cebollas en un pequeño huerto frente a su choza de caña, a tropezón y medio de Xai Xai. El mismo huerto que les acaban de usurpar; y con él la vida. Si mantienen el buen humor, abren la puerta de su casa al extraño casi arrancando los goznes y entregan el corazón en la despedida, es porque son los señores Noel africanos. Tienen que serlo.


Jossía, pelo corto y cano, nos invita a entrar en su casa. En una esquina hay una vida entera: unas muletas viejas y una azada. Pese a su cojera, Jossía salía cada día a cultivar su parcela al otro lado del camino. Con eso vivían hasta que "llegó China", dice.


La empresa china Wanbao ha alquilado al Gobierno de Maputo por un periodo de 50 años unas 20.000 hectáreas de tierra negra y fértil a cada lado del río. Cultivan arroz. Cuando pregunto a Jossía cómo les ha afectado, levanta la mano derecha y se aprieta el cuello: "Nos han quitado nuestra tierra. No tenemos nada". No es un lamento, es rabia y cansancio. La pareja, septuagenaria, se resiste a marcharse: "Somos viejos, ¿a dónde vamos?". Como cada mañana, Marta muele mijo con un mortero de un metro. En el corral, una gallina escarba la tierra y dos conejos se asustan al sentirse observados. Medio siglo así.


Según el Foro de Organizaciones No Gubernamentales de Gaza (Fonga), que coordina 270 oenegés, el proyecto de Wanbao –adalid de la cooperación sinoafricana, según el Gobierno–, afecta a 80.000 campesinos, que se han quedado sin cultivos o han tenido que abandonar sus casas. Unas 90.000 cabezas de ganado no tienen donde pastar o beber. Anastasio Matavel, director de Fonga, denuncia que no sólo no se han dado indemnizaciones –muchos campesinos llevan decenios en la zona, pero algunos sin título de propiedad–, sino que ni siquiera se avisó de las expulsiones: "No tenemos pruebas, pero sospechamos que algunos políticos han recibido dinero por permitirlo. Hablan como si fueran accionistas de la empresa china".


Al otro lado del río, lejos de donde Jossía y Marta se resisten a dejarse aplastar, la familia Dique Mulanga vive entre animales. Tiene seis vacas, una docena de cabras, pollos, patos y cinco perros. El abuelo de su abuelo ya era pastor, dice Ernesto, el padre de familia. La mano de Wanbao les ahoga a ellos y a sus bestias. "Nos cerraron el acceso a pastos y estanques que hemos usado durante generaciones. Me dieron una indemnización de 3.500 meticales" (87 euros).


La provincia de Gaza, una de las más pobres de Mozambique, está estancada en el año 1997. Mientras el país crece a buen ritmo y reduce la cifra de estómagos vacíos, Gaza, donde el 80% de su gente vive del campo, tiene los mismos niveles de pobreza que hace 15 años. El sindicato nacional de campesinos (UNAC) señala la compra de grandes extensiones de tierra por parte de empresas extranjeras de Brasil, China, Japón o Sudáfrica como amplificadores de la desigualdad. Para Renaldo Chingore, de la UNAC, "esas compañías no están interesadas en producir alimentos para abastecer a la población, sino en producir para exportar. En apariencia el país se desarrolla rápidamente, pero la población tiene problemas para sobrevivir".


A las puertas de Wanbao, un trabajador chino nos echa de malas maneras cuando ve las cámaras. No sabe una palabra de portugués, pero su "marchaos de aquí, ahora! (traducción libre)" es meridiano.


Frente a la fábrica, Ángelo Matabele, que trabaja desde hace un año en Wanbao, dice que el proyecto es positivo porque genera empleo, y eso es casi un milagro en la zona. Según colectivos campesinos, sólo trabajan cien mozambiqueños en la compañía, por mil chinos; aunque al atardecer vemos salir de la fábrica hasta cinco camiones cargados de trabajadores locales. Matabele dice que no les pagan bien: "Trabajo de lunes a domingo de 7 a 17 horas, sin días libres, y el salario es mínimo; no llega pero ¿qué puedo hacer? Peor es para los viejos, que no pueden trabajar".


Las mujeres solas tampoco han tenido suerte. Clara y Rita piden que les acompañemos a la que fue su tierra. Caminamos por una franja estrecha de campo rodeada de cultivos del mismo color. Se detienen frente a un parcela y tragan saliva. "En el 2012 vimos llegar un tractor conducido por un chino. Antes de arrasar los campos, se llevó nuestras cebollas y patatas dulces", explica Clara. Llevaba diez años en esa tierra, adonde llegó huyendo del hambre del norte. Huérfana y viuda desde 1987, ese huerto era su única esperanza. "Ahora dependo de las vecinas para dar de comer a mis tres hijos", dice. Sus palabras acaban en un hilo de voz.

Para muchos campesinos de Xai Xai la tierra era la vida. André Júnior Langa empezó a trabajar su huerto en 1966, allí se casó a los 33 años, tuvo a sus cuatro hijos y se quedó tuerto del ojo izquierdo. "Ese huerto era mi madre y mi padre, mi hogar y mi patria; me lo arrancaron", espeta.

Rememora la época en la que los portugueses cuadricularon la tierra –había zonas de cultivo para colonos y otras para negros–, la lucha en la guerra de la independencia y el posterior conflicto civil que arrasó todo. Lo recuerda y siente que los campesinos no vencieron, después de todo.

Tampoco él. Wanbao se quedó con sus seis hectáreas el año pasado y le obligó a marcharse.


–Las empresas extranjeras y los políticos son los nuevos colonizadores de Mozambique, dice.


–¿Crees que ...? No me deja terminar.


–"Nos han quitado la tierra. ¡La tierra! Al final luchamos tanto ¿para qué? ¿Para qué?



Artículo de La Vanguardia/ Internacional/ 02-09-13

Diana Uribe

Nació en Bogotá, Colombia. Es graduada en Filosofía y Letras de la Universidad de los Andes de Bogotá, y fue docente de historia retrospectiva de los pueblos en varias universidades de la capital. En sus clases se estudiaban temas como la Guerra del golfo Pérsico, la disolución de la Unión Soviética y la caída del apartheid, entre otros. 

Ha trabajado como analista internacional para la cadena Radionet y Caracol Televisión. Transmitió el análisis histórico de la invasión de Estados Unidos a Iraq presentado por Caracol TV en el año 2003. Ganadora del Premio Simón Bolívar de Periodismo por la mejor emisión cultural en la radio en 2002, y nominada al Premio CPB en Radio en 2003 y 2004. 
Fue invitada por la Unión Europea para estudiar la reunificación de Alemania, por el gobierno brasileño y la UNESCO para estudiar la Ruta del Oro y las ciudades patrimonio histórico de la humanidad, y recientemente la Japan Foundation la invitó a profundizar en la historia y la religión del pueblo japonés.
Dirige proyectos de viaje a Europa oriental (República Checa, Rumania, Hungría y Polonia); Grecia, Turquía y Chipre; Rusia; Indochina (Vietnam, Cambodia, Myanmar y Tailandia); Siria, Líbano y Jordania; y los tours especiales «Egipto milenario» e «India clásica y Rajasthán». 
También dicta conferencias sobre diversos temas de historia mundial para varias entidades e instituciones. En su programa radial «La Historia del mundo» realiza un recorrido contextual de las civilizaciones, relacionándolas con la cultura, el cine, el arte y la música. 
www.diana-uribe.com diauribe@hotmail.com

Audios: Una excelente manera de conocer la Historia.

Diana Uribe nos ofrece un extenso listado de audios en los que narra episodios claves en la Historia del mundo. Su voz cálida y su acento colombiano, en combinación con un indiscutible don para la oratoria, constituyen un instrumento perfecto para transmitir su amplio conocimiento en la materia, de una forma amena e interesante, sin obviar en sus relatos todo lujo de detalles, anécdotas, intriga y suspense.
En la siguiente dirección encontrarán Podscats gratuitos de los audios de Diana Uribe.
http://www.ivoox.com/podcast-podcast-coleccion-diana-uribe_sq_f147015_1.html

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