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martes, 8 de octubre de 2013

CRISIS


               ¿De qué tipo es nuestra CRISIS?


Sin duda se trata de una crisis HUMANA.

La paradoja puede resultar cómica por absurda, pero en realidad no tiene ninguna gracia. El ser humano está en crisis de humanidad. Y es precisamente esta falta de humanidad la causa fundamental de la situación crítica en la que vivimos en el  presente y la que nos llevará a la catástrofe en el futuro.
No sé si con mis palabras estoy haciendo un uso indebido del término, pero cuando hablo de humanidad me refiero a las características inherentes a nuestra especie, aquellas propias de nuestra naturaleza y que por ende son comunes a todos los hombres de la Tierra. No importa si vives en Mississipi, en Lanzarote, en Bali o Madagascar,  todos:


  • Vivimos en sociedad, porque necesitamos relacionarnos con nuestros semejantes.
  • Tenemos sensibilidad musical.
  • Necesitamos O2, comida, agua y la luz del sol.
  • Amamos y recibimos amor.
  • Tenemos capacidad de reflexión.
  • Experimentamos diferentes emociones a diario.
  • Tenemos que dormir varias horas al día.
  • Enfermamos (...)


Quizá nos parece tan básico que olvidamos que somos así, pero lo cierto es que  nada de esto lo podemos cambiar.

El hombre ha sabido desarrollar enormemente sus funciones intelectuales y esto le ha diferenciado cada vez más del resto de seres vivos, hasta tal punto de sentirse muy superior del resto. Seguramente, si fuésemos tan grandes habríamos empleado nuestro potencial para protegernos los unos a los otros sin excepción, también en  preservar los espacios naturales que nos dan el sustento para poder vivir, en mantener limpia la atmósfera, en idear un sistema acorde con nuestras necesidades vitales... ¿Utopía? Quizá, pero no porque sea imposible de hacer. El ser humano, que allá por el siglo XV comenzó a percatarse de la responsabilidad que sobre sus hombros recaía el ser la especie más inteligente del planeta, desde que se sintió el centro del universo ya no ha sabido dirigir sus capacidades hacia otro fin que no sea el propio bienestar a costa de todo y de todos. No hemos sabido cambiar de rumbo, o más bien no hemos querido. Y la triste verdad es que a medida que nos enriquecemos y evolucionamos tecnológicamente nos volvemos más "antihumanos". Olvidamos todas esas cosas que nos caracterizan como especie y caminamos con un rumbo que nos aleja cada vez más de ellas. Es ridículo.

¿Será verdad que los ridículos somos nosotros? ¿Qué somos autodestructivos y egoístas también por naturaleza? ¿Qué no somos capaces de iniciar proyectos pensando en algo más grande que la felicidad en el presente, como bien podrían ser la preservación de nuestra especie y del planeta?

Llámame ilusa, pero pienso que no. Confío en que a pesar de ser tan estúpidos somos lo suficientemente inteligentes como para vivir en sociedad teniendo en cuenta nuestra condición de humanos y, por tanto, con el objetivo de proteger la Tierra y a todos los que en ella vivimos, de tal manera que nuestras debilidades y torpezas también humanas, supongan un daño infinitamente menor.

"Si lo hemos pensado, ya no hay razones para no hacerlo"

Les dejo el link de una charla de José Luis Sampedro que dice mucho sobre todo esto... y sin duda, infinitamente mejor expresado.

http://www.youtube.com/watch?v=Q0FufG1pqZY







4 comentarios:

  1. Muchas gracias Natalia! Ese vídeo es maravilloso :) Y si que va al hilo de esta entrada, ya lo creo que si ;) Gracias por compartirlo.Un beso!

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  2. Buena reflexión y triste realidad. El problema es el de madurez, de no saber valorar los recursos y nuestra actuación en el mundo desde el respeto, desde la conciencia de que en realidad esto no nos pertenece. Existe capacidad de sobra para gestionar la vida de otra manera y proponer un nuevo modelo de sociedad, en donde el desarrollo sostenible y el alza de esos valores sean más relevantes. La cruda verdad aparece cuando cae la pregunta sobre quién tiene o quién no tiene el control de todo esto o sobre hasta qué punto el pueblo ha permitido que aquellos que manejan los hilos y los designios del planeta hayan tenido vía libre para actuar. El dinero, filtro de toda actividad, dios, sueño y objetivo en la mente de tantos hombre, acapara demasiado, tanto, que es capaz de nublar todas las posibilidades que tenemos y que con nuestra inteligencia, deberíamos ser suficientemente capaces de descubrir y disfrutar...No obstante, la semilla del cambio está, como bien dices, en el mundo de las ideas y en la conciencia real de las cosas, en escapar del automatismo y ser más partícipes, primero desde el pensamiento y luego desde la acción.

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    1. Yo también confío en esa semilla, más que nada por necesidad, si no para qué seguir hacia adelante? Y en eso si que no tengo dudas, hay que ir hacia adelante, siempre hacia adelante ;) Gracias Fabio, magnífica aportación!

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  3. Reflexiones como esta deberíamos de hacérnosla todos los días.....Me ha encantado. Gracias por pensar así!. Tqm.

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